Luis M. Arroyo Ir al instagram del autor
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Una mirada atrás

Sinopsis

Luis, autor y protagonista, viaja al Sáhara para ayudar a aquellos que no tienen casi nada. Una vez allí, se encuentra con un olvidado conocido. Alguien que le enseñó el más duro y difícil aprendizaje. Le enseñó a ser feliz. Pero él no se acordaba.

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- Formato físico, tapa blanda -

Prólogo

Prólogo por el doctor Álvaro Bilbao:

[...] Una mirada atrás es un viaje de descubrimiento y autoconocimiento. Es un viaje personal e íntimo que nos invita a perder el miedo a lo desconocido. Que nos ayuda a saber que todos somos capaces de enfrentarnos a cualquier reto desde cero. Que nos sumerge de lleno en rincones donde falta todo lo material, pero hay abundancia espiritual. En rincones perdidos donde podemos encontrarnos.

El novelista John Gardner escribió una vez que solo hay dos tipos de historias: aquellas en las que un hombre emprende un viaje y aquellas en las que un extraño llega a la ciudad. En este caso, creo que el autor ha sido capaz de conjugar las dos porque, si bien su historia es una que nos habla de un viaje de descubrimiento y autoconocimiento, no es menos cierto que el punto de partida de todo este viaje es el del encuentro del propio Luismi con un extraño. [...]

Biografía

Fotografía del autor

Luis M. Arroyo nace en marzo de 1987 en Madrid, el pequeño de dos hermanos, pasa su infancia peleando siempre por un aprobado raspado; por una risa que siga a sus bromas y por entender los simples «porque sí» de los mayores que le mantenían en la búsqueda constante de razones para resistirse a las normas.

No le faltaron amistades en las escuelas que estudió ni tampoco clases extraescolares ni de refuerzo, lo que le hacían pasar muchas horas dedicadas al estudio y que le alejaban precisamente del interés/motivación académico.

Con 16 años abandonó el instituto para invertir su tiempo en la practicidad de las vacas gordas de los tiempos de bonanza, donde un peón de albañil podía tener una renta digna de funcionarios. Pero la actitud de Luis le hizo, tras cimentar sus primeros ladrillos, probar suerte como agente inmobiliario en una destacada agencia. A los pocos días de empezar y, como siempre con prisas, Luis recibió un duro castigo que le hizo parar a reflexionar acerca de la delicadeza de la vida y de los muros internos que cargaban sus creencias. Tal vez, por un accidente o, tal vez, por un despiste, su ángel de la guarda se vio obligado a reanimar a este chico que, sujeto por el cinturón, había perdido las ganas de vivir tras la colisión con otro coche.

Unas palabras certeras por parte del ángel que siempre está detrás y que le aguarda hicieron que Luis Miguel volviese con más fuerza. Desde que despertó no ha dejado de soñar y de vivir el sueño del coma; estar vivo.

A mi ángel malherido, a mi dulce compañía: «No me desampares, ni de noche ni de día. Que me sobran los motivos para ver la luz del día».

Ahora es lo único que sabe hacer. Cada mañana le despiertan sus pensamientos, que alterados solo quieren saltar y jugar. Pero ha pasado mucho tiempo que de Luis solo eran sus pensamientos los únicos que podían saltar y jugar. Con esfuerzo, mucho esfuerzo, convicción y una fuerte motivación, ha descubierto que puede conseguir todo aquello que se proponga.

Cuando Luis tenía veintiún años, terminó los estudios obligatorios en el Centro de Recuperación para personas con discapacidad Física (CRMF) de la Comunidad de Madrid. Aquí, tuvo el privilegio de recibir clases de tiro con arco por parte del ganador de tres medallas en los Juegos Paralímpicos, el español Antonio Rebollo.

Más tarde, estudió grado medio y superior de tratamiento fotográfico en el IES Luis Buñuel.

Ahora, dedica su tiempo a mantener su cerebro y cuerpo activo con ejercicios tanto físicos como cognitivos a diario, potenciando sus capacidades, a fin de posibilitar una digna calidad de vida.

En la actualidad compagina estudios universitarios de filosofía, sus andaduras como escritor, algunos deportes y su afición al teatro con la compañía «No Hacemos Uno».

Su intensa vida se resume con el premio a seguir vivo y con la capacidad de ver en cada devenir de la vida una oportunidad de seguir teniendo razones por las que sonreír.

Donaciones

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